Fuera el pañal
El niño suele estar preparado, salvo casos puntuales, a dejar el pañal entre los 2 y 3 años. No existe ninguna fórmula mágica para agilizar este proceso y tampoco esperes que un día tu peque se levante, se deshaga de su pañal, y te anuncie que quiere usar el váter. Este milagro no se dará, y menos, de la noche a la mañana.
Sin embargo, sí hay una serie de pautas que puedes cumplir para que la "operación fuera el pañal" sea más fructífera.
Señales de que tu hijo/a está preparado para dejar el pañal:
- Se despierta con el pañal de noche seco.
- Aguanta horas sin mojar el pañal de día.
- Te avisa cuando ha hecho pipí o caca.
- Se siente incómodo con el pañal mojado.
- Muestra interés creciente en usar el váter o el orinal.
Pautas básicas previas:
- Suele elegirse el verano como la mejor época para quitar el pañal (no porque las demás estaciones son inapropiadas, sino por comodidad nuestra). Habitualmente se dispone de más tiempo libre y el calor favorece dejar el niño sin ropa sin temor a que se resfrie. Sin embargo, si el niño está preparado para dejar el pañal, es contraproducente hacerle esperar.
- Conviene empezar el fin de semana, para evitar el estrés del día a día.
- Hay que explicar al niño que ya es mayor y que a partir de ahora debe avisar si necesita usar el baño. Otra cosa es si lo hará.
- Intentar involucrarlo en el proceso, por ejemplo, comprando juntos el orinal o reductor de váter, eligiendo ropa interior con dibujos que le gustan, etc.
- Fijarse en los días previos, cuando hace pipí o caca. Es más probable que moje el pañal después de las comidas, o cada 2 - 3 horas aproximadamente.
- Es recomendable que el niño ya se haya habituado al orinal: verlo en el baño y recordarle para que sirve, invitarle a sentarse mientras espera que se llene la bañera, etc.
- Lo habitual es quitar primero el pañal de día y unos días después, el de noche.
- La retirada del pañal NO debe coincidir con otros procesos nuevos para el niño: la llegada de un hermanito/a, comienzo de la escuela, cambio de domicilio, separación de los padres, etc.
¡Vamos a ello!
- Intentar establecer una rutina para hacer pipi: al levantarse, después de las comidas, antes de salir de casa, antes de acostarse, etc.
- Puedes inventarte una canción que le acompañe cuando vaya a sentarse en el orinal.
- Intentar que se siente cada 2 horas aproximadamente durante unos minutos. Si se niega, mejor no insistir y recordárselo dentro de un rato.
- Es mejor evitar preguntarle, sino anunciarle que toca hacer pipí (a esta edad son muy testarudos y suelen responder que No).
- Si consigue hacer sus necesidades en el orinal, hay que felicitarle (pero sin pasarse, si no se pasará el día sentándose y levantándose del orinal) o pegar un Gomet, por ejemplo, para ofrecerle un estímulo visual.
- Si después de estar sentado unos minutos, no lo ha conseguido, no le des más importancia. Vuelve a recordárselo dentro de un rato.
- No le riñas si tiene escapes. Ten en cuenta que está aprendiendo y esto llevará un tiempo. Vale la pena tener la fregona a mano y pedirle que te ayude a limpiar. Seguro que a la próxima intentará estar más pendiente.
- La caca suele costar más en conseguir que la haga donde corresponda.
- Si se niega a usar el orinal prueba a llevarlo en la sala de estar, o donde esté jugando el niño, para tenerlo a la vista y le cueste menos llegar.
- Si hace calor, mejor dejarlo sin la parte inferior de la ropa para evitar fugas por pelear con bajarse los pantalones o los calzoncillos/braguitas.
- Si le colocas el pañal para la siesta o para dormir, explicale que es solo mientras duerme.
- No se recomienda volver a usar el pañal si tras unos días no se obtienen resultados. Cómo alternativa se podría optar por los pañales-braguita para seguir con el proceso.
Y cómo siempre, cada niño es diferente. Cada uno tiene su propio ritmo y hay que respetarlo. El proceso de dejar el pañal empieza mucho antes de sentar a nuestro hijo por primera vez en el orinal. Es un proceso de aprendizaje y como tal, requiere tiempo.
En el caso de mis hijos, el mayor dejó el pañal a los 28 meses en menos de una semana y el pequeño a los 37 meses. Le costó cerca de un mes dominarlo. Ninguno de ellos mostró señales de estar preparado más allá, de despertarse con el pañal de la noche seco y aguantar horas sin mojar el pañal de día (esto último, solo lo hizo el pequeño). Cómo ves, y vuelvo a reiterar, cada uno tiene su propio ritmo. Quién antes, quién más tarde, todos lo conseguirán.
Si tu hijo acude a la guardería, coméntalo con sus educadores. Han ayudado a muchos niños a dejar el pañal y seguro que te darán buenos consejos. Si crees que está teniendo más dificultades de las previstas para dejar el pañal, consulta con tu pediatra.
Ármate de mucha, mucha paciencia. Ten a mano ropa de recambio, toallitas y una fregona. Pon fundas protectoras al sofá (yo usé las sabanas protectoras de colchón), retira los cojines un par de semanas y prepárate para fregar. Usa los empapadores para proteger el tapizado del carro, la silla del coche, etc. Porque limpiarás cada cosa (no todo será pipí)... Eso es lo único seguro de todo este proceso.
Siempre ten presente que tu hijo no intenta fastidiarte, no disfruta viéndote limpiar malhumorado/a. Quiere que sonrías con él/ella. Está aprendiendo algo nuevo que hasta ahora no ha tenido ni que plantearse. Seguro que tú tampoco lo conseguiste en un par de días.
Dale tiempo, date tiempo.
*Atribución de la imagen: Freepik