10 cosas que han cambiado en tu día a día después de tener hijos


La llegada de un hijo en nuestra vida es sin duda alguna, un acontecimiento irrepetible. Las emociones nos desbordan, un poquito de miedo y mucho, mucho amor. Ya nada será como antes. Pero hay ciertas cosas que quizás ni se te ocurrió pensar en que cambiarían, cosas del día a día. 

10 diferencias en tu día a día antes y después de ser madre

1) Las toallitas infantiles no son solo para limpiar al bebé. Sirven para todo. Desde repasar el baño en un instante hasta quitarte el maquillaje antes de acostarte (y es que la rutina de belleza que tenías antes también ha sufrido cambios). ¡Que prácticas son! 

2) Las nanas, proyectores infantiles y carruseles te ayudan a dormir. Al menos te entra el sueño mientras intentas que tu bebé se duerma. Es comprensible. Con sus colores suaves, su música relajante y sus movimientos repetitivos no queda más remedio que dejarse llevar.

3) Tu casa está limpia y ordenada solo por la noche. Y es que, en cuanto recoges una cosa, hay tres más que aparecen al instante. Llegado un momento, te planteas limpiar y ordenar solamente antes de acostarte.

4) En tu bolso hay más cosas de/para tus hijos que tuyas. Claro, llevas siempre encima agua y galletas...y un par de juguetes para entretenerlos, y ropa de recambio, y colonia, y una muestra de gel de baño para bebés (nunca se sabe cuándo puedes necesitarlo), y lápices de colores o Gomets y papel, y pañuelos, y toallitas, puede que un poco de Apiretal por si a caso, y una chaqueta por si refresca, y otra más gordita por si hace más frío, y...¿me dejo algo? Normal que luego no puedas encontrar ni las llaves para entrar a casa.

5) Los vídeos de YouTube ya no son lo que eran. Resulta que a los peques les encanta ver videos de alguien jugando (aunque solo se vean sus manos) y que no siempre está muy claro a qué está jugando exactamente. Y si le añaden un microondas de juguetes ¡la diversión está asegurada! Al menos, un rato.

6) Dormir está sobrevalorado. Si antes pensabas que con menos de 10 horas de sueño, no serías persona, ya te habrás dado cuenta de que vivías en un engaño. Ahora te conformas con menos de 5 horas, eso sí, que sean dentro de la misma noche, por favor. Tampoco es mucho pedir.

7) Has aprendido a ducharte en 4 minutos y medio. Te sientes de forma muy extraña si lo haces a solas y ya no te acuerdas cómo se toma un baño.

8) Parece que en los últimos estrenos de cine solo existen películas de animación. La tele tampoco es tuya. Te limitas a esperar a ver si Peppa Pig da el noticiario un día de estos que si no te condenas a la total y absoluta desinformación.

9) Los juguetes musicales son muy bonitos, además de estimular la curiosidad de los más pequeños y contribuir a su desarrollo. Sin embargo, te pitan los oídos al final del día y todas las melodías te parecen iguales. ¿Quién los inventaría? Igual, es que no tiene hijos y desconoce el escándalo que son capaces de generar en un hogar.

10) Antes tenías tiempo libre. Aunque no recuerdas muy bien para qué lo usabas. ¿Qué hacías todo el día? Nada, seguro. Pero hay que ver cómo lo echas de menos.

Sí, tus hijos han puesto tu vida patas arriba en más de una ocasión, y las que te quedan. Pero, y lo bonito que es sentir el amor incondicional en solo un abrazo. Eso no tiene precio.